LA FUENTE DE CARMEN AMAYA

 

La fuente de Carmen Amaya es de los pocos monumentos referidos a un artista flamenco de singularidad tal, que el reflejo de su figura es solo el nombre que la lleva. Pero también es una historia de solidaridad y de carácter. ¡Si eres flamenco, debes ir a verla!


Dicha fuente tiene un secreto escondido, y que solo trasciende en el conocimiento de su infancia, el del sufrimiento íntimo de la pobreza y el hambre que tanto une.


    * Foto de un fotograma del documental de Rtve "Carmen, la capitana"

La gran artista Carmen Amaya (Barcelona 1918 – Bagur, Gerona 1963), no fue una bailarina como apunta la Wikipedia, sino que fue una enorme bailaora, que además hizo también algunas películas muy del gusto de esa España del período de la dictadura. Una estrella de cierta impostura vistiendo pieles de visón, y que tuvo la desgracia de morir joven.

* Carmen Amaya en un fotograma del programa de TV3 "El meu avi"

En este post, no pretendo descubrir el genio salvaje y el talento de este portento del baile flamenco, sino que me apetece detenerme en la hipnótica historia de la fuente que lleva su nombre, como expresión de su carácter y de su personalidad.

Carmen nació en un poblado chabolista de Somorrostro en los arrabales de la pauperizada Barcelona que nada tiene que ver con el entorno actual de belleza, poderío y luz mediterránea que seguramente era lo único que regaba aquel barrio en aquel tiempo.


Un poblado donde había un solo punto de agua para todos. Donde la Carmen niña, tenía que ir a por agua a diario, hacer la cola y esperar para que los suyos tuvieran este bien básico.

El día que le dijeron que querían que estuviera en su barrio, en la inauguración de la fuente que llevaría su nombre, Carmen no lo pensó y tuvo que romper un contrato que le penalizó con 300.000 pesetas (mucho más que los 1.800€ actuales), para poder ir a la fuente, una fuente nueva para su infancia. La fuente de Carmen Amaya. ¡No todo es el jurdó y no debe olvidarse nunca de donde viene!

Y son fatiguitas mortales

las que se lloran por dentro

y las lágrimitas no salen

Carmen Amaya, no la artista, sino la solidaria. Aquí su fuente:






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