Comenzamos la temporada este año, con
baile, y con razón. Fernando Jiménez viene a visitar la peña Torres Macarena,
en un día difícil y frio, un miércoles, lo que hace que podamos disfrutar de su
arte sin estrecheces.
Fernando se presenta con una elenco
completamente nuevo y no anunciado. Siempre he pensado que este tipo de hechos
restan seriedad a los artistas, que se anuncian de una manera y después vienen
con otro elenco, desde luego, en los detalles está el demonio, y en este
difícil mundo no solo hay que reclamar respeto sino no dar pié a que uno se lo
pierdan.
Más allá de eventualidades, decir que
Fernando a mí me ha parecido siempre una estrella. Una estrella que brilla dos
veces. Brilla cuando aparece. Fernando es la viva imagen de los criollos
independentistas iberoamericanos del siglo XIX. Un Simón Bolívar orgulloso de
su raza y con las ideas claras de su arte.
Y luego brilla en su baile. Sin
saltar, sin estridencias…elegante. No hay nadie que se ponga de puntillas como Fernando
Jiménez. Fernando es una estrella que brilla, y brilla…
Sube a las tablas antecedido de Jesús
Agarrado, que es la misma sinfónica de Jerez, Manuel Tañe, Solea por bulerias para dar paso al bailaor y una excepcional Ana
de los Reyes que se hace el segundo cante por tangos a donde se acopla Fernando.
Despues seguimos con un segundo baile por Malagueñas terminadas en abandonado, donde termina este pase corto, que a mi me lo parece, o que corto se hace.
El segundo pase fueron dos bailes por seguiriyas y esas bulerías que es donde más le vemos, y donde hay que verlo.
Fernando brilla y brilla, le queda
hacer brillar su imagen en el mainstream, porque lo tiene todo. Esperemos que alguien
llegue y lo haga.
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