Carmen Ledesma
10 de septiembre de 2021
Peña Torres Macarena (Sevilla)
Se abría la temporada de la peña
Torres Macarena para este año, y se notaba que había ganas. Lleno a reventar en
la entidad, y con aficionados de todos los países como bien corresponde al
embrujo que despierta nuestro baile allende las fronteras.
Carmen Ledesma uno de los pocos baluartes que quedan de la ciudad de Sevilla, vuelve tras la epidemia como tantos otros artistas, al lugar que nunca abandona al flamenco, que nunca lo vilipendia, que siempre está ahí….las peñas.
Tia Carmen se hace acompañar de
un elenco que la arropa. A todos nos ha afectado el virus, pero por algún sitio
tendremos que recomponernos.
Paco Iglesias a la bajañi, nos predispone para lo que luego vendrá. Nos deja una malagueña con gusto y nos recuerda que en Torres Macarena no hay equipo de sonido, que lo que hay, es lo que suena, sin trampa.
Después sube la protagonista,
arropada por Mari Peña y Samara Montañez. Tarantos de barrena y fuego. Doña
Carmen despliega una fuerza heredada de Trini España y unas manos de Matilde
Coral… ¡que delicia! La simplicidad de sus formas, y la sofisticación de lo
vivido en escenarios como la ópera de Paris o Londres. El esfuerzo es mucho,
pero la honestidad es mucho más.
Recuperamos el resuello con la participación
de Lorin la Armenia, una joven bailaora del país del monte Ararat que nos abre
el arca de Noé de su entendimiento flamenco. Nos vamos al descanso.
El segundo pase empieza con unas soleá por bulerías a cargo de Mari Peña, la de Utrera, ataviada con una túnica verde manzana es jaleada con mucha gracia desde el público “¡Viva Dubai!”.
Samara se atreve con unos famosísimos
cuplés por bulerías de Manuel Alejandro “voy a perder la cabeza por tu amor”
tan difícil de entonar como de interpretar. Nos acordamos de muchos artistas,
pero sobre todo del irrepetible Bambino.
De nuevo Carmen por Soleá, con esa verdad.. ahí está, ahí la tienen. Esa raza que le ha bailao a Pansequito, al Lebrijano, a Jose de la Tomasa, al Nano de Jeré… Ahí está la maestra, ahí. ¿Se puede bailar mejor con el mantón?. No, no se puede.
La actuación termina haciendo subir a las tablas al veterano bailaor y coreógrafo de 85 años Manolo Marin (merece la pena que echen un vistazo al video del final). Todo un detalle.
Carmen, después de esta mala racha que a todos nos ha afectado, permanece intacta.
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